El cuidado del Medio Ambiente es sin duda un tema que ya no sólo interesa a unos pocos gustosos de la vida en la naturaleza, o por lo menos así debería ser.
Es muy normal, cotidiano diría, que recibamos alguna información sobre los cuidados que deberíamos tener, la electricidad, el agua, la tala y desmonte de árboles, las emanaciones de hidrocarburos, la sobreutilización de productos poco reciclables … y creo que así podríamos completar varias hojas.
La gran pregunta, y más que trillada, es ¿qué hago yo frente a esto? Se que cualquiera con uun conocimiento más que básico en antropología ya debe estar viendo de cambiar de artículo, por ende, veamos de cambiar un poco el enfoque.
Esta mañana mientras corría mi “fondito” me encontraba en un sector que limita entre la Ciudad de Buenos Aires y Vicente López, un lugar poco conocido en especial para aquellos que principalmente se trasladan en auto. Es un tramo de calle que nace al costado de la Escuela Raggio y que viboreando bajo la Av. Gral Paz termina en el Parque de los Niños.
Mientras corría en este sábdo por la mañana y habiendo pasado por allí infinidad de veces, trataba, como siempre lo hago, de redescubrir cada lugar; pero hoy fue distinto, o por lo menos nada agradable. Si alguna vez lo recorrieron, saben que es un sector de nuestra ciudad que contiene una enorme belleza y tranquilidad, pero que todos intentamos ocultar, lo poco que queda son unos pocos árboles que bordean la Gral Paz y que sobreviven al descuido cotidiano; altos pastizales, basura y un desinterés que abruma, porque seguido a ellos, los espacios que quedaban bajo la autopista, en vez de utilizarse como espacios verdes, supongo que por una cuestión de facilismo, para no verse obligados a cuidarlos de nosotros mismos, los han convertido en un depósito de adoquines que sólo aumentan el color gris.
Antes de continuar, y hacer el camino conocido de hechar culpas a los responsables municipales, me gustaría que nos preguntemos muy ineriormente cuál es nuestra responsabilidad frente a esto; como corredores, cuántas veces dejamos en el camino algún sobre de gel, barra energética o botella?; cuántas veces desde la ventanilla del auto dejamos que algo se nos caiga?; cuántas veces recogimos algún residuo ajeno?
Les aseguro que esta zona de nuestra ciudad es un espacio muy bello, y que contiene un alto potencial para un sinfin de propuestas recreativas y deportivas; pero ahora si, a aquellos que se supone son responsables de nuestro bienestar, ¿nada se puede hacer para resaltar las bondades de estos espacios? ¿Es tan alto el precio para limpiarlos e iluminarlos? Sinceramente, creo que no, más aún cuando todos los ingresos a este lugar están rodeados de controles policiales, entiendo entonces que la seguridad no debería ser un problema.
Los que gustamos de correr o andar en bicicleta, bien conocemos este lugar, para los que no tanto, y a modo de referencia, es un espacio donde desde hace dos años se ubica la llegada de la Maratón Internacional de Buenos Aires. ¿Por qué no hacer de este lugar también uno más del cual sentirnos orgullosos al recibir a los atletas que de muchos países se acercan a participar?
Parece que este tipo de cosas son difíciles … recuerdo ahora también que los baños públicos del Parque de los Niños están cerrados desde hace tiempo.
En fin, perdonen si los aburrí con este asunto, pero en definitiva quería comentarles que Medio Ambiente se refiere al espacio que cotidianamente nos rodea, nuestro espacio, nuestro lugar … ¡y resulta que vivimos en esta Ciudad de Buenos Aires! Cuidemos de ella con todo lo que está a nuestro alcance, a veces no es sólo emprender grandes cruzadas, “el movimiento se demuestra andando”, decía alguien por ahí.
